Una filmación constante
Cada quien es protagonista de su propia historia, todas las escenas se apegan a nuestro propio libreto. Día a dia me descubro en una escena nueva; aunque no necesariamente diferente, con los mismos personajes y actores secundarios quienes día a día desarrollan el papel para el que fueron electos.
Nuestros ojos no pierden detalles, nuestro cerebro no deja de procesar cada diálogo, cada acción, cada movimiento, hasta aquel causado por el viento. Como dije antes, somos los protagonistas día a día.
Pero tambien podemos ser personajes secundarios, o simples espectadores de historias ajenas, y eso sucede en cualquier momento, solo te descuidas y llega alguien que se lleva tú protagónico y su historia toma importancia y todo se interesa en ello.
No hay por qué preocuparse. La atención siempre vuelve y las cámaras te enfocan de nuevo.
No hay quien apague la luz propia, aunque todos sabemos el final de nuestra propio rodaje.
Nuestros ojos no pierden detalles, nuestro cerebro no deja de procesar cada diálogo, cada acción, cada movimiento, hasta aquel causado por el viento. Como dije antes, somos los protagonistas día a día.
Pero tambien podemos ser personajes secundarios, o simples espectadores de historias ajenas, y eso sucede en cualquier momento, solo te descuidas y llega alguien que se lleva tú protagónico y su historia toma importancia y todo se interesa en ello.
No hay por qué preocuparse. La atención siempre vuelve y las cámaras te enfocan de nuevo.
No hay quien apague la luz propia, aunque todos sabemos el final de nuestra propio rodaje.
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